¿Por qué el aguacate amenaza a la mariposa monarca?

Unas tres hectáreas de plantaciones ilegales de aguacate fueron halladas en una reserva para las mariposas monarca al Oeste de la Ciudad de México, informaron el miércoles las autoridades de protección al ambiente.

Aparentemente, es la primera vez que una serie de plantaciones de árboles de aguacate afecta directamente el corazón del área para las mariposas, una reserva natural protegida.

La extensión de las plantaciones de aguacate en México se ha convertido en una amenaza evidente para el equilibrio de la vegetación natural y los ecosistemas que permiten la supervivencia de las mariposas monarcas. En los últimos años se han publicado diversos estudios sobre este problema pero hasta ahora no se conocían casos concretos que afectaran tan directamente el corazón de una reserva natural centrada en la defensa de esta especie protegida.

Las poblaciones de mariposa monarca (Danaus plexippus) en América del Norte son conocidas por sus largas migraciones desde Estados Unidos y Canadá hasta México, donde han vivido y se han reproducido durante decenas de miles de años.

Ellas migran a los bosques de pinos y abetos que prosperan aproximadamente a la misma altitud en que se encuentran los mejores terrenos para cultivar aguacate.

Anteriormente, la deforestación vinculada con las lucrativas plantaciones de aguacate había ocurrido en zonas al Oeste y al Sur de la reserva.

Pero el pasado miércoles, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) indicó que un hombre había sido detenido por posesión de armas en el sitio.

En abril pasado, la policía encontró que una franja de 37 hectáreas de pinos había sido talada en la reserva natural de Valle de Bravo, un poco al este de la reserva de las mariposas, para plantar árboles de aguacate.

Sin pinos que proporcionen un recubrimiento térmico y sitios para descansar, las mariposas pueden morir congeladas. Aunque la monarca no está en peligro de extinción, su asombrosa migración de 5 mil 500 kilómetros sí lo está.

Ninguna mariposa vive para hacer el viaje redondo, y los expertos todavía estudian cómo estos insectos “recuerdan” la ruta.

Los científicos habían calculado que Michoacán -estado donde se ubica una parte de la reserva, y el productor más grande de aguacate en México- pierde alrededor de 6 mil a 8 mil hectáreas (15 mil a 20 mil acres) de tierras forestales al año por las plantaciones de aguacate.

Ramón Paz, portavoz de la Asociación de Productores y Empacadores Exportadores de Aguacate (Apeam), dijo que casi todos los aguacates se cultivan en tierras que no fueron deforestadas para establecer plantaciones.

“Nos han acusado mucho de deforestación. La información que nosotros tenemos, que es información del INEGI y también de Sagarpa, señala que entre 85% y 90% de la superficie, antes de ser aguacate, estaba destinada a otra actividad agrícola”, indicó Paz, refiriéndose al Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, y a la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación.

Agregó que “la gran mayoría de terrenos de aguacate estaban en uso agrícola desde hace muchísimos años” y generalmente eran cultivos de maíz.

Paz dijo la Apeam está interesada en conservar los bosques, e hizo notar que “nos preocupa también que nuestro producto no tenga la marca de un producto que viene de la deforestación”.

El portavoz señaló que la Apeam está trabajando para certificar sus aguacates como sustentables, y hace cuatro años comenzó un proyecto para plantar cerca de 250 mil pinos al año.

Aun así, aunque los precios han caído en comparación con los niveles más elevados del año pasado, los aguacates son mucho más lucrativos que casi cualquier otro cultivo legal que los agricultores mexicanos pueden sembrar, y muchos terratenientes parecen estar incursionando en este tipo de plantaciones, legal o ilegalmente.

El comercio de aguacate da empleo a casi 100 mil personas en Michoacán, y la mayor parte de la fruta es producida por pequeños agricultores.

Paz dijo que 80% de los 23 mil productores de aguacate en el estado tienen plantaciones de 5 hectáreas (12 acres) o menos.

“Estamos hablando de casi 100 mil familias michoacanas que han encontrado una vida digna, que ya no están migrando, que ya no están en la pobreza, que ya, incluso, no están susceptibles al reclutamiento por el crimen organizado”, puntualizó Paz.

La reserva natural de las mariposas monarca también está amenazada por otros factores, incluida la tala ilegal y las tormentas cada vez más fuertes que congelan a las mariposas o derriban grandes grupos de árboles.

Esta deforestación y reemplazo de pinos y robles con aguacates crea problemas en muchos niveles. Estas secciones más bajas de los bosques son necesarias para la cobertura térmica y la protección de los terrenos de descanso de las monarcas. Los árboles de aguacate también usan significativamente más agua y tienen raíces mucho menos profundas que el ecosistema forestal que reemplazan. Esto significa que el agua que una vez fue filtrada por los pinos y robles ya no se filtra, y que el cultivo de aguacate está reduciendo rápidamente el suministro de agua de la zona. Luego está el problema de los pesticidas e insecticidas que se usan en los árboles que se filtran en las aguas subterráneas y ponen en peligro a otra flora y fauna del área.

Existen programas para ayudar a preservar el hábitat de la monarca, y muchos agricultores están trabajando para reforestar las áreas cercanas a sus granjas. Las cooperativas como esta están trabajando para certificarse como sostenibles y orgánicas y se niegan a exceptuar a los miembros que no hayan cultivado durante al menos seis años, aproximadamente cuando comenzó la última ola de deforestación.

El caso de los monarcas versus los productores de aguacate es otro ejemplo clásico de los conflictos que a menudo existen entre la demanda del mercado, la protección ambiental y las necesidades económicas de los agricultores y productores. Una solución justa probablemente será una combinación de una menor demanda y una mayor conciencia entre los consumidores, proyectos alternativos de producción de ingresos para los agricultores locales, y una amplia gama de lugares (en México y en otros países) que pueden cultivar aguacates en áreas que no poner en peligro a uno de los insectos más increíbles del mundo.

Por último, las exportaciones de aguacate ascendieron a cerca 321 millones de dólares en enero de 2018, revelando un incremento anual de 60.8% en los envíos de “oro verde”. Las ventas de aguacate al extranjero se coronaron como las de mayor crecimiento al interior de las exportaciones agropecuarias y la demanda de este producto para la celebración del Super Bowl LII es la responsable.

La exportación de aguacate mexicano dejó a México un ingreso histórico, ya que en la historia de la serie, disponible a partir de 1995, no se tiene registró de un monto similar para un mes de enero. De acuerdo con la información oportuna del Inegi las exportaciones de agropecuarias sumaron 1,586 millones de dólares y el aguacate concentró alrededor del 20% de este monto.

Para el consumo de los estadounidenses durante este evento, fueron exportadas 100,000 toneladas de aguacate Hass desde la primera semana de enero. De ellas, 35,000 toneladas se prevén fueron consumidas en guacamole el domingo 4 de febrero, según datos de la Asociación de Productores y Empacadores Exportadores de Aguacate de México (APEAM).

Al principio del segundo cuarto fue transmitido el anunció del “oro verde mexicano”, este se convirtió en el cuarto año consecutivo que el fruto verde participó con un comercial durante el gran juego, con apoyo de la firma Avocados From Mexico.

La producción de aguacate alcanzó dos millones de toneladas en 2017, temporada histórica que consolidó a México como el principal país productor mundial. (La Vanguardia, El Economista y Azteca América)

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