Cómo Chile le declaró la guerra a la comida chatarra

En el 2016, los altos niveles de obesidad encendieron las alarmas entre la ciudadanía y autoridades chilenas. Por eso, una ley denominada la “Ley de etiquetado” fue promulgada con el fin de detener estos índices nefastos mediante una agresiva campaña que puso al tanto a todos los consumidores de la calidad de los productos disponibles en el mercado.

En el 2016, los altos niveles de obesidad encendieron las alarmas entre la ciudadanía y autoridades chilenas. Por eso, una ley denominada la “Ley de etiquetado” fue promulgada con el fin de detener estos índices nefastos mediante una agresiva campaña que puso al tanto a todos los consumidores de la calidad de los productos disponibles en el mercado. Los chilenos tuvieron que acostumbrarse, entonces, a ver advertencias del tipo “Alto en grasas saturadas, alto en azúcar, alto en sodio o calorías…” dentro de un marco con la clásica forma del anuncio de tránsito “Pare”.

¿Pero, por qué un gobierno tuvo que tomar estas medidas de fuerza mayor? Según la AFP, más del 60% de adultos sufre de exceso de peso y un tercio de los menores de 6 años tienen sobrepeso u obesidad. Meses atrás se había descubierto que Chile también encabezaba la lista de países sudamericanos con sobrepeso. ¿Cuál es la relación la comida basura con el sobrepeso?

Sobrepeso y comida basura

Diversos estudios han concluido que las comidas grasas procesadas (o trans) elevan las posibilidades de subir de peso. El exceso estas grasas procesadas principalmente llega en la comida rápida, popularmente conocida como ‘comida chatarra’, que está muy expandida en las urbes de nuestra región y el mundo.

Una investigación de la Universidad de Navarra, realizada a más de 7.000 personas, evidenció que el consumo de comida rápida, especialmente gaseosas (o bebidas edulcoradas), hamburguesas, pizzas y salchichas estaban directamente relacionados al aumento progresivo de peso.

El objeto de estudio fue una muestra de hombres y mujeres que normalmente consumían la dieta mediterránea, famosa por su alto nivel nutricional y buen balance que reduce riesgos para la salud. En su evaluación al comer ‘chatarra’ se consideraron factores como la ingesta diaria de calorías, el consumo de alcohol, el tabaquismo y la actividad física, entre otros. Aproximadamente la mitad de ellos ganó peso durante la investigación, lo que se asoció a ese patrón y al abandono de la dieta mediterránea. Dicho estudio fue publicado en la prestigiosa revista especializada en nutrición, American Journal of Clinical Nutrition.

Según los autores, las personas que se acostumbran a las dietas de comida rápida descuidan el consumo de productos saludables como la fruta, la verdura, el pescado, los cereales y los lácteos. Por otro lado, esta dieta ‘chatarra’ contiene excesivas calorías, presenta un alto contenido en grasas saturadas muy dañinas, y apenas contiene fibra, lo que sacia el apetito y ayuda a mantener un peso estable.

Los autores de esta investigación también indicaron por qué las gaseosas, o bebidas edulcoradas, hacen daño y provocan engordar. Estos refrescos están endulzados con almíbar de maíz, un tipo de azúcares que favorece la acumulación de grasa. Aparte, no estimula la secreción de leptina (una hormona que regula el mantenimiento del peso pues inhibe el deseo desenfrenado por comer) ni de insulina (una hormona que ayuda a controlar la diabetes). Las autoridades advierten que no solo una mala dieta es causante directa de la obesidad, sino también el sedentarismo, tema al que se debe tratar con igual cuidado.

La ley ya comienza a mostrar resultados

Aunque la ley solo tiene unos cuantos meses en vigencia, ya ha mostrado algunos resultados positivos especialmente en la forma como se realiza el marketing. De acuerdo al The New York Times, la ley ha obligado a las grandes corporaciones a adaptarse a promocionar sus productos. “Desde que comenzaron a implementarse las reglas, gigantes como Kellogg han tenido que deshacerse de los personajes animados de sus cajas de cereales azucarados”, informa el medio estadounidense. “También se han dejado de vender dulces como el Kinder Sorpresa que buscan atraer a los consumidores más jóvenes con baratijas y regalitos”, agregó.

Uno de los enfoques más importantes de la ley es la forma como la comida chatarra atrae a los niños. “La ley también prohíbe la venta de muchos tipos de comida chatarra como helados, chocolates y papas fritas en las escuelas chilenas y veta que esos productos sean publicitados durante programas televisivos o en sitios web dirigidos a públicos infantiles”, agrega el NYT.

El país sureño no es el único que ha tomado medidas para proteger a su población. México, Australia y el Reino Unido han creado impuestos al azúcar, con lo cual buscaban reducir el consumo de bebidas azucaradas. Sin embargo no todos están convencidos de que los resultados hayan sido exitosos. Una investigación de tres economistas del Instituto de Estudios Fiscales del Reino Unido encontró que los impuestos a las gaseosas fueron parcialmente efectivos. (Mundo Agropecuario)

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