En México se fomenta el consumo de dicho crustáceo, el cual provee al cuerpo humano de nutrientes fundamentales para su buen desarrollo.

Durante los últimos años se ha dado un aumento en la producción de langosta a nivel mundial; en nuestro país, durante 2016, superó las 4,000 toneladas.

En la época de las 13 Colonias en Norte América, había tanta langosta que era dada de comer a los sirvientes diariamente, lo que provocó que estos se rebelaran y establecieran en sus contratos que no los forzarían a comer langosta más de tres veces por semana. Las ventas al exterior de langosta mexicana, reportaron 72 millones de dólares.

Un observador inglés de costumbres norteamericanas, en 1876, dijo que las conchas de langosta en una casa eran signos de pobreza y degradación, y no fue sino hasta 1920 que el precio de la langosta alcanzó su punto máximo, volviéndose entonces un alimento que denotaba lujo y elegancia. Hong Kong y EEUU son los principales destinos de exportación de la langosta mexicana.

McDonald’s sacó a la venta el McLobster, un sándwich con carne de langosta disponible en Canadá y los estados que componen la región de Nueva Inglaterra en Estados Unidos; su precio es de 8.99 dólares, equivalentes a 172 pesos mexicanos. Actualmente, el consumo anual de langosta por persona en México es de tan sólo 23 gramos.

¿Sabías que también existe la langosta de agua dulce? Este crustáceo comercialmente conocido como “red claw” o “crayfish”. En México, se introdujo con fines comerciales y de investigación a principios de los años 90, y se establecieron granjas de producción en los Estados de Morelos y Tamaulipas.