Flor de Nochebuena, herencia prehispánica de México para el mundo

De hojas color verde oscuro con bordes dentados y hojas superiores de color rojo, amarillo, blanco y marmoleado, la Nochebuena es una flor de herencia prehispánica, uno de los símbolos más utilizados para representar la Navidad y un regalo de México para el mundo.

Descubierta en México en 1834, el nombre en náhuatl de esta flor de ornato es Cuetlaxóchitl, que significa “flor que se marchita” o “flor de cuero”

Los aztecas utilizaban esta planta en celebraciones y rituales como símbolo de la pureza y la vida nueva de los guerreros, además la ofrendaban al Sol para renovar sus fuerzas, mientras que, en la época colonial, los españoles bautizaron a la flor como “Nochebuena”, por su aparición en diciembre.

La cuetlaxóchitl simbolizaba para los mexicas la pureza y la nueva vida que obtenían los guerreros muertos en batalla. Se pensaba que regresaban a la tierra a libar de la miel de esta planta. Por eso se colocaba en los altares dedicados a los guerreros muertos en cumplimiento de su deber”, indicó la lingüista Sonia C. Iglesias y Cabrera.

A partir del siglo XVII se convirtió en el símbolo de las fiestas decembrinas y actualmente en varias partes del mundo se le conoce como “estella de Navidad”, “etella de Natale” o “poinsettia”.

La diversidad y belleza de plantas y flores impresionó a los conquistadores españoles, quienes advirtieron los múltiples usos que los indígenas les daban: ornamental, medicinal, como alimento y para ceremonias rituales. Fue el caso de la flor de nochebuena”, indicó la autora del libro “Navidades mexicanas”.

La internacionalización de la flor sucedió en el siglo XIX, cuando Joel Poinsett, botánico y primer embajador norteamericano en México, la llevó a su pueblo natal, Charleston, en Carolina del Sur, donde se aclimató y se difundió por los demás estados de la Unión Americana, para después llegar a Europa. (oncenoticias.tv)

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