Buscan que la mitad de la fresa que consume a nivel global sea mexicana

Isidro Ramírez lleva más de 28 años cultivando fresa en Maravatío. Ubicado al oriente de Michoacán, entre Morelia y el mexiquense Atlacomulco, este es un lugar privilegiado para el cultivo de esta fruta por su temperatura, pues casi todo el año se encuentra a 19º C. Ramírez sabe que la tierra es buena. Pero, además, ha logrado, gracias a un proyecto de tecnificación, aumentar su cosecha hasta las 110 toneladas por hectárea. Muchos de sus vecinos obtienen menos de la mitad.

Ramírez forma parte del proyecto Madre Tierra, con el que la multinacional francesa Danone quiere aumentar su proveeduría de fresa mexicana. El objetivo es, en cuatro años, que la mitad de la fresa que consume a nivel global sea nacional. Hoy el porcentaje es de 12%.

“Hoy tenemos que comprar de Estados Unidos, Marruecos, China, Argentina o Chile, debido a los precios que se disparan en Zamora por problemas de inundaciones, sequías o plagas, entre otros factores”, explica Fabrice Salamanca, vicepresidente de Asuntos Corporativos de Danone México, que ha desarrollado el programa en conjunto con Grupo Altex, que se encarga de procesar las fresas en las mermeladas que usan para mezclarse con los yogurts.

Las compañías de alimentos prevén invertir en una primera fase 2 millones de euros (aproximadamente 43.5 millones de pesos) para empezar a desarrollar este plan en el municipio de Maravatío. Actualmente, 90% de la fresa que consumen se produce en Zamora, también Michoacán, y el 10% en Aguascalientes.

“Estos agricultores de Maravatío no solo nos van a vender fresa a nosotros, también pueden vender sus excedentes a mercados de alto valor como Estados Unidos y Canadá. Ubicamos el municipio como la zona que más se presta para poder desarrollar a estos pequeños productores; vamos a empezar con ellos, pero la idea es también ir ubicando más zonas susceptibles a desarrollarse”, agrega Salamanca.

Hoy, el corporativo utiliza el 50% de este fruto para los yogurts de su portafolio –Danone, DanUp Oikos, Danonino y Activia— por lo que busca desarrollar mercados que estén cerca de sus plantas de producción.

“Si al campo se le apuesta, tiene un potencial enorme de ser competitivo a nivel internacional. Y, si uno observa cuáles son las unidades de negocio para Danone con mejor potencial, está México. Aquí tenemos dos plantas, una de Danone Lácteos en Irapuato, la segunda planta más grande a nivel mundial después de la que está en Francia, y otra en San Luis Potosí, donde esta la planta de Silk, en la que se producen las leches vegetales, la más grande fuera de Estados Unidos”, explica.

Según el directivo, el consumo de fresa a nivel mundial crece 15% anualmente, por lo que existe una gran oportunidad para capacitar a los agricultores y que puedan vender en el extranjero a un precio competitivo con mejor calidad.

Danone y Grupo Altex apoyarán en esta primera fase a siete productores con menos de 5 hectáreas y, en los próximos tres o cuatro años, esperan extenderlo a 140 familias. De esta manera, llegarán a suplir el 50% de las necesidades de Danone, que equivalen a unas 9,000 toneladas.

“En lugar de producir 40 toneladas en una hectárea, los ayudamos a que produzcan 70 u 80 toneladas. Va a ganar el doble al mismo precio. Queremos que se regenere la tierra con mejores prácticas agrícolas y que sean proveedores más confiables. Eventualmente, lo replicaremos en Veracruz, en donde tenemos una empresa procesadora de toronja y naranja de la marca Vitaplus”, comenta José Ávalos, director de Grupo Altex, dueña de las lechugas Eva. La compañía produce todo tipo de vegetales y frutas, con ventas por 600 millones de dólares al año.

Tanto Danone como Altex buscan replicar este programa en un futuro para aumentar la producción de berries, zarzamora y frambuesas en el Estado de México, el mango o el plátano en Veracruz o la manzana, que antes se cultivaba en Puebla o Chihuahua pero que hoy importa Danone de Estados Unidos, debido a que los productores abandonaron la actividad productiva.

“Escogimos a México porque el campo mexicano, como no ha tenido las oportunidades de financiamiento, de capacitación a los pequeños productores, de acceso a mercados de alto valor agregado, es un campo subdesarrollado y, por las condiciones climatológicas, tiene condiciones muy buenas para cultivar infinidad de frutas”, detalla Salamanca.

En este proyecto también participa la Agencia de Cooperación Alemana del Desarrollo en la capacitación técnica en prácticas agrícolas regenerativas que no erosionen lo suelos y que sean amigables con el medio ambiente; la ONG Tecnoser, para apoyar en la tecnificación que les ayuda a reducir sus costos de producción con tecnología y un corporativo más que facilita el acceso a esquemas de financiamiento.

Isidro Ramírez reconoce que el cambio de cultura es difícil. “Tiene cuatro años que empezamos a trabajar de forma ya tecnificada. A través de los años vimos como teníamos que modernizarnos, ha sido paulatino el cambio. Hay algunos a los que les ha costado trabajo, pero si no eres capaz de competir en un mundo globalizado con calidad y buenas prácticas agrícolas no vas a poder exportar y siempre seguiremos siendo del montón”, señala.

Ramírez comenzó con una docena de personas y hoy ya son 72 las que trabajan con él. Ahora trata de aumentar su producción de cinco a diez toneladas por hectárea gracias a lo que ha aprendido del programa de Madre Tierra. “Siempre nos gusta innovar, pero no innovamos solo por hacerlo; pensamos que lo ideal era buscar el equilibrio y el cambio en el cultivo de la fresa, porque debemos buscar cuidar el medio”, comenta.

México ocupó el tercer lugar de productor de fresa en 2017 con 658,436 toneladas, según el Atlas Agroalimentario 2012-2018. El documento realizado por la Secretaría de Agricultura indica que los fresales mexicanos representan 3% de la superficie mundial sembrada con el fruto y tres quintas partes de la producción mexicana de la frutilla se destinan al mercado internacional. En el volumen exportado, 65.7% corresponde a las fresas frescas y el restante 34.3% a las congeladas.

Tamaulipas y Chiapas representan un potencial para el cultivo de este producto que actualmente no participan en la producción nacional, añade el Atlas. (SHEILA SÁNCHEZ FERMÍN. EXPANSIÓN CNN)

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