Las catarinas: Guardianas de colores

Las catarinas son chiquitas, amigables, de colores atractivos y no nos pican. Pero, realmente, cada vez es más raro encontrar una catarina en la ciudad. Piensa, ¿cuándo fue la última vez que viste una y dónde fue?

Las catarinas, también llamadas vaquitas o mariquitas en distintas partes del mundo, son un tipo de escarabajo popular por sus colores. Tal vez alguna vez has escuchado que la cantidad de manchas en su caparazón indica su edad. Esto es falso; en realidad las manchas dependen de la especie de mariquita. ¡Hay más de 6 mil especies! Esto significa que puedes encontrar más de 6 mil tipos de patrones en sus conchitas: con rayas, puntos, dibujos y más. 

Al salir de su huevo, las catarinas son larvas. Su primer alimento son: ¡los huevos que están a su lado! Pero no se están comiendo a sus hermanos. Lo que ocurre es que, al poner los huevos, la madre deja algunos sin fertilizar para que los recién nacidos tengan comida inmediatamente.

Las larvas tienen mucho apetito y comen muchos insectos. En cuanto crecen, las catarinas comen menos porque se vuelven más selectivas: escogen presas de mayor tamaño; aunque hay catarinas vegetarianas, la mayoría son carnívoras: se alimentan de pulgones, cochinillas, ácaros y larvas de moscas. Algunos de estos animalitos, especialmente los pulgones, son considerados como plaga para algunos jardines o cultivos, pues se alimentan de la savia de las plantas, destruyéndolas en el proceso. Por eso, las catarinas son valoradas como controladores biológicos: cuidan a las plantitas de ser devoradas por demasiados pulgones. 

Ahora que sabes todo esto, te contaré la historia de las catarinas que puedes ver en México. Sucede que la cantidad de pulgones en los huertos preocupó mucho a los humanos. Consideraron que las especies de mariquitas mexicanas como la la catarina convergente (Hippodamia convergens), la mariquita sin manchas (Cycloneda sanguinea) y la catarina rayada (Paranaemia vittigera), no eran lo suficientemente fuertes para combatir esta plaga. Intentando solucionar esto, trajeron de China a la catarina Arlequín; sí, como Harley Quinn. El problema es que justo como Harley Quinn pasó del bien al mal, estas catarinas pasaron de ayudar a las especies nativas de México a competir con ellas: tenían mayor número de hijos y se comían a las otras especies. Por esto, ahora se le conoce como una especie exótica invasora. 

Las catarinas sufren un gran peligro, especialmente en la ciudad. La razón es sencilla: los insecticidas que se usan regularmente en la urbe, no sólo matan a los insectos que podrían ser plagas para las plantas, también a aquellos que las protegen. Es por esto que seguramente no recuerdas la última vez que  viste una catarina;  los encuentros con ellas son cada vez más fortuitos. En lugar de usar insecticidas, podrías propiciar que las mariquitas sean las guardianas de tus plantas aprovechando su gran apetito. Por si esto fuera poco,  en diversas culturas, dicen que ver una catarina es indicador de buena suerte, mayor razón para procurar que vivan felices y revoloteando a tu alrededor.

 

Fuente: Cultura Ambiental

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